sábado, 19 de junio de 2010

Transparencia

  • -Fíjate, mira por la ventana, ves cómo es cierto lo que te dije, los días de tormenta siempre tienen algo especial. Todos, incluso el mundo, necesitamos un periodo de destrucción para poder nacer de nuevo, por mucho que sufras por una pérdida, está te deparará algo nuevo. ¿Ves estos campos inundados?.

  • -Si- asintió con la mirada clavada en el cristal del ventanal.

  • -En unos meses, cuando la primavera lo envuelva todo, la vida cubrirá hasta más allá de donde alcanza tu vista,. Es lo mágico de los ciclos, siempre la última puede ser como la primera vez, pero tú nunca sabes en que momento te encuentras.

  • -Salvo en el final, uno siempre sabe cuando acaba todo.

  • -Jajaja – rió a carjadadas- ¡Cuantísimo te queda por vivir!, el final es lo único que no existe, cuando el final es, tú ya no eres, y mientras eres, el final no es. Y ahora vamos junto al fuego, esperaremos a que amaine la tormenta.


Ambos se fueron perdiendo por los laberínticos pasillos como sombras que sucumben al ocaso