miércoles, 7 de abril de 2010

Mientras viajo: Amargo

Sentado en el autobús con la mirada perdida en el vació, mirada que me delata, estoy perdido dentro de mi mente, despreocupado, intentando encontrar algún pensamiento, no se cual, se me escapa pero no importa, pues por el camino me encuentro con otros, ya lo hallaré. Ella esta aquí, a mi lado, la noto. La costumbre lo hace casi imperceptible pero cuando no esta a mi lado se destapan todas esas cosas que ahora soy incapaz de percibir; Su mano que se posa descuidada en mi rodilla, su olor, es el olor del hogar donde quiera que se encuentre, el simple calor de su cuerpo, detalles.
No le hago mucho caso, persigo esa idea, esa sensación perdida, ese algo que se evade de mí.
No dices nada, estamos aquí, en un segundo anodino de la vida, inadvertido, inapreciado, completamente infravalorado. En realidad estamos en un segundo precioso de nuestras vidas, tu estas aquí, yo estoy aquí y mientras sea así no volveremos a sentirnos solos, nada nos preocupa lo bastante, nada le corta el vuelo a nuestras mentes, y libres de la negra ambición no necesitamos nada más para ser felices, aquí y ahora, en este momento. Efímero.
Efímero. Vuelvo a la realidad, mi vista se enfoca, vuelvo a ser yo. Y yo estoy varias plazas más atrás, en ese mismo autobús, podría ser esa persona, podrían ser esos los pensamientos que discurrieran por mi mente en ese momento, pero no es así y no, no se por que.
Me siento fatal, me duele la cabeza, me duele la tripa… me escuecen los ojos, me arde la garganta, que envidia, solo quiero que se me trague la tierra. El autobús se detiene en mi parada y marcho, voy directo a dormir, debería hacer algo con mi vida, pero ahora estoy demasiado cansado.

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