miércoles, 6 de enero de 2010

El espejo

Como la tormenta que se avecina en el horizonte, devastadora en sí pero lejana en el espacio.
El tiempo, fiero protector del progreso, marca la senda del mismo, del que todo lo cambia, lo transforma y en su fin último lo aniquila.
Todo lo muestra el reflejo, las fuerzas pérdidas, la mirada cansada, la sonrisa torcida, el amor descuidado, el gesto depuesto. Nada escapa a la visión de nosotros mismos, a la imagen de la vida pasada y desaprovechada, el espejo recupera los fantasmas de antaño y los resucita, si cabe, con más fuerza, capaces de atormentar una vida nueva, cada vez, con mayor potestdad.
Cierra los ojos, intenta escapar, pero tu vida te sigue, ya se ha reproducido tu presente y deshauciado tu futuro. Vuelve a abrir los ojos, a enfrentarte a ti mismo, pero , no hay vuelta a atrás, sólo se aprecia lo que fuiste, comienza a llover, todo terminó.

Todo está dentro de ti.

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