Caminar, andar y volver a caminar, largos senderos que zigzaguean entre recuerdos y olvidos. Por mucho que levantes la vista el sol te ciega, no puedes ver más que la tierra sobre la que te eriges y la estela de polvo que perdurará a tu periplo. Frenas, retrocedes con la mirada y piensas si tú elección fue acertada, no puedes volver, queda ya lejos, por lo que te resignas y persistes. No fue aquella tu única disyuntiva, la estrechez del camino aumenta con tus pasos y da lugar a un salto al vacío; abandonarse al abandono o saltar, debes elegir.
Chicos en la playa
Hace 2 semanas
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